miércoles, marzo 01, 2006

Hoy tengo ganas de que Jack Twist sonría


Hoy me quedo sin palabras. Gracias a Tomás por la foto.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

...Y mañana. Y pasado mañana. Y la semana siguiente ¿quién puede resistirse a una sonrisa o a su mirada? ¿Qué persona tan insensible no querría verle reír? Sólo aquellos que, junto a la vía del tren, lo zarandean, apalean y dejan medio muerto. Pero están arreglados: él no estará entre nosotros en cuerpo (vivo o muerto, sólo el celuloide nos lo trae una y otra vez), pero su espíritu, su mensaje universal, su presencia, todo eso no nos lo puede quitar nadie, aunque nos peguen, torturen o maten, su espíritu nos acompañará forever. Jack nos abrió el corazón (en canal, habría que decir) para alojarse en el de cada uno de nosotr@s y de ahí (por lo menos del mío) no se moverá. Y cuando estemos tristes, siempre pensaremos "pero Jack aún lo pasó mucho peor y seguía adelante"; y cuando estemos alegres pensaremos "casi estoy tan feliz como Jack en Brokeback". Un amor que nunca se marchitará...

2/3/06 14:36  
Anonymous Anónimo said...

Ayer Jack Twist, como de costumbre, siguió sonriendo, y hoy, y el día de mañana.

El ataque de Tejas (pero esta vez en Los Angeles) se había vuelto a repetir, 23 años después, sustituyendo en esta ocasión la palanca por una especie de estatuilla con un baño dorado; intentaron golpearle en toda su superficie corporal, hasta sus atacantes increpaban diciendo: metédsela por el c... Y sin embargo, ahí estaba Jack, sonriendo (parece que no hubiera hecho otra cosa en su vida), los golpes, cuanto más fuertes eran, más carcajadas le producían. En Tejas, lo habían cogido junto a la vía del tren, cuando no circulaba ninguno; pero en Los Angeles millones de personas fueron testigos de la agresión; no fue recogida por las cámaras pero los asistentes al acto, extrañamente sorprendidos, los vieron todo. Pero sus supuestos verdugos, en este caso, no consiguieron lo que querían: han dejado en entredicho a toda la academia y acaban de echar unas cuantas paladas de tierra sobre su supuesto prestigio. La academia ha querido enterrar a Jack Twist y Brokeback Mountain, pero el efecto parece haber sido el contrario. Brokeback, Jack y sus compañer@s han salido moralmente reforzados, los atacantes se han quedado con el culo al aire en aras de una diplomacia torticera y mal entendida. Cualquier certamen cinematográfico de cualquier rincón olvidado del globo tiene ya más credibilidad que los oscar; creyeron que disparando a matar contra Brokeback acabarían con la rabia que, creen, puede contagiar, pero les ha salido el tiro por la culata. A partir de ahora, a esas estatuas las van a llamar los oscars de Hollybush. Y como todos sabemos, la carga neuronal que conlleva ese personaje que hoy es presidente tiende a cero.

Nunca unos premios tan mediocres tuvieron ante sí una película tan sublime; así les pasó que creyeron que lo mejor que podían hacer con ella era condenarla al ostracismo y le han dado, precisamente, el mayor de los laureles que podían haberle dado: demostrar sin tapujos su desprecio por ella. La fama ya la tiene y además, con la etiqueta de perseguida y anatematizada se ha ganado un lugar destacado en la historia del cine. Y eso que en España tenemos el sambenito de la Inquisición, aunque desde el siglo XVIII ya no se condena a nadie a la hoguera: pero en EE.UU. siguen quemando a la gente diferente, aunque sea en efigie. ¡Qué país!

7/3/06 10:14  

Publicar un comentario

<< Home