viernes, marzo 10, 2006

11-Marzo, Madrid.

Mañana hará dos años. Pero no quiero recordaros mañana, porque para vosotros mañana fue un día muy corto, casi no habíais despertado. Prefiero recordaros hoy, porque hoy estuvisteis con los vuestros por última vez, hoy todos llegasteis a casa por la noche. Os recuerdo porque mi gente pudo haber ido en esos trenes, porque a mi alrededor quedaron mesas vacías, ordenadores apagados y teléfonos que no paraban de sonar y que quedaron sin contestar.

Han pasado ya dos años y los perros y los buitres siguen repartiéndose vuestros despojos en lugar de preocuparse de que algo tan feo no vuelva a pasar. Y mientras, los demás seguimos levantándonos a las 6 de la mañana para llegar a tiempo al trabajo que da de comer a nuestras familias.

A Pilar Manjón: no hay dolor mas duro que perder un hijo. Sin embargo, nuestros dolores pequeños se amontonan cada vez que cogemos uno de esos trenes y recordamos a tu hijo y a todos los demás.

(Dejo un enlace al inolvidable discurso de Pilar Manjón
http://www.el-mundo.es/documentos/2004/12/15/asociacionafectados11m.pdf

5 Comments:

Blogger MadJavi said...

¡Cómo olvidar aquella fría mañana! Todo era desconcierto; caminar entre llantos se queda grabado a fuego en la mente y en el alma. Aún quedan en mí restos de la mezcla de dolor y rabia que me inundó ese 11 de marzo... A menudo vuelven a mi cabeza esas 192 vidas arrancadas de raíz, y todas las que sin acabar, cambieron de rumbo irreversiblemente...
Cómo olvidar... Y cómo perdonar sin olvidar...

11/3/06 12:30  
Anonymous Anónimo said...

Esperábamos en la puerta del colegio a que llegaran los niños que venían desde el Pozo, con el corazón parado; cuando por fin los vimos venir, las lágrimas de alivio no nos dejaban verles las caras, pero estaban, estaban... aunque traían los ojos llenos de muertos y de dolor y de desconcierto y de preguntas.
Después, localizar a todos los familiares y amigos que podían estar ahí, y las malas noticias de las desaparecidas, que nunca volvieron. Y enviarles sus pocas cosas a sus hijos y sus padres.
Y el dolor silencioso de la gente, y el valor silencioso de la gente.

Cómo explicar a los niños, cómo responder las preguntas que tú no entiendes, cómo seguir adelante, cómo guardarte el miedo y volver a coger el tren, lecciones que aprendí aquel día. No se me olvidarán nunca.

12/3/06 20:13  
Anonymous Anónimo said...

Si dolor causa recordar a las/os 192 que ya no están con nosotros, indignación y estupor es lo que siento cuando, todavía hoy, tenemos que escuchar a quienes quieren manipular políticamente esa desgracia y no dejan de acusar ("por eso ganástéis", "hay que investigar más" y otras memeces por el estilo), por no hablar de los que ven detrás de Pilar Manjón un "oportunismo político" (¿cómo hay gente tan rastrera detrás de un micrófono o un acta de diputado o senador? Se puede engañar a todos algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, PERO NO SE PUEDE ENGAÑAR A TODOS TODO EL TIEMPO) y no dudan en cargar sus armas con improperios del más puro estilo barriobajero. En fin, para las víctimas y familiares, mi apoyo, cariño y recuerdo. Para los buitres que utilizan a las víctimas como y cuando les viene en gana (y eso que se llenan la boca para acusar al contrario de lo que ellos hacen descaradamente), mi olvido, no vale la pena ni perder el tiempo odiándoles o despreciándoles. Y para los autores materiales e intelectuales de la salvajada, nuestro coraje: podrán volar más trenes, más aviones, más barcos, pero aún así no nos pararán, no nos asustarán lo suficiente. Yo también estuve en la calle el día 12, manifestándome pacíficamente, y fui a la manifestación en tren (aunque no en Madrid); se podrá vaciar un tren, pero llenaremos uno, y otro, y otro más. La libertad no se coarta con bombas ni las ideas se inculcan con amosal o cloratita, ya hemos tenido que sufrir demasiadas décadas de opresión para que ahora, los primeros locos de turno, nos tengas que imponer su ideosincrasia a golpe de explosión. 192 fueron las víctimas palpables, pero todos y todas fuimos víctimas potenciales, y no pueden acabar con todos nosotros.

13/3/06 09:10  
Anonymous Anónimo said...

El recuerdo de las víctimas me araña interiormente cada mañana. Los muertos merecen que nadie nos mienta más. Y aquí hay un claro intento de ocultar, confundir y llenarnos a todos de falsas lágrimas¡Tengo derecho a saber la verdad!

13/3/06 22:19  
Anonymous Anónimo said...

Parece mentira como pasa el tiempo tan rápido, 2 años ya!
Y como cambian las cosas. Ese 11 de Marzo el dia en Madrid era un Sábado luminoso y tranquilo, bueno ajetreado cn tanta gente en la calle de compras y de paso.
Yo no me encontraba este dia hace dos años atras, pero si recuerdo lo desastrozo y la pena tan grande q cubrio tdo el País.
Nada en Madrid me hizo pensar q tal dia como ese, hace dos años hubo aquel desastre. recuerdo q en la cena cn mis amigos, alguien lo nombro. Aunque imagino que en Atocha si se tuvo q hacer algun manifiesto especial en recuerdos de todos los q alli terminaron sus caminos y de esas centenares de familias q quedaron amputadas por algun ser querido.

Todo es tan efimero y no empeñamos en vivir en una vida llena de metas, obligaciones ,sufrimiento y de repente todo eso desaparece bajo tus pies, sin previo aviso.

¿Alguien sabe entonces para vivimos?

16/3/06 12:25  

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